Depeche Mode, 1990
Treinta y cinco años de chica de cabaret
Treinta y cinco años confesos de ser una chica de cabaret, y los pies le duelen, día y noche, por los tacos altos, pero puede bajar escaleras con un tocado de dieciocho kilos en tacos altos, ha atravesado un escenario con un león en tacos altos, podría cruzar el maldito Infierno en tacos altos si hiciera falta.
Estas son las cosas que han ayudado, que la mantuvieron caminando y con la cabeza en alto: su hija; un hombre de Chicago que la amó, aunque no lo suficiente; el presentador de las noticias nacionales que le pagó la renta por una década y no iba a Las Vegas más de una vez por mes; dos bolsas de gel de silicona; y mantenerse lejos del sol del desierto.
Va a ser abuela pronto, muy pronto.
las palabras como violencia
quiebran el silencio
llegan irrumpiendo
en mi pequeño mundo
dolorosas para mí
me atraviesan
¿no comprendes,
pequeña mía?
todo lo que siempre quise
todo lo que alguna vez necesité
está aquí, en mis brazos
todo lo que siempre quise
todo lo que alguna vez necesité
está aquí, en mis brazos
los juramentos son pronunciados
para ser rotos
los sentimientos son intensos
las palabras, triviales
los placeres permanecen
también el dolor
las palabras no tienen sentido
y son inolvidables
todo lo que siempre quise
todo lo que alguna vez necesité
está aquí, en mis brazos
todo lo que siempre quise
todo lo que alguna vez necesité
está aquí, en mis brazos
las palabras son muy innecesarias
sólo pueden causar daño
las palabras como violencia
quiebran el silencio
llegan irrumpiendo
en mi pequeño mundo
dolorosas para mí
me atraviesan
¿no comprendes,
pequeña mía?
todo lo que siempre quise
todo lo que alguna vez necesité
está aquí, en mis brazos
todo lo que siempre quise
todo lo que alguna vez necesité
está aquí, en mis brazos
todo lo que siempre quise
todo lo que alguna vez necesité
está aquí, en mis brazos
los juramentos son pronunciados
para ser rotos
los sentimientos son intensos
las palabras, triviales
los placeres permanecen
también el dolor
las palabras no tienen sentido
y son olvidables
todo lo que siempre quise
todo lo que alguna vez necesité
está aquí, en mis brazos
todo lo que siempre quise
todo lo que alguna vez necesité
está aquí, en mis brazos
todo lo que siempre quise
todo lo que alguna vez necesité
está aquí, en mis brazos
las palabras son muy innecesarias
sólo pueden causar daño
sólo pueden causar daño
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Ella es una bailarina de cabaret, yo la llamo Isis. Quizá tiene un
segundo empleo en Las Vegas. Es la mayor de las chicas allí, y lleva un tiempo
en esto. Hay en ella una cualidad maternal; ve a las otras mujeres que llegan
por la puerta y son extorsionadas. Ella ve quiénes son los titiriteros y ve
cuando ellas yacen ahí, sangrando.
[AP – octubre de 2001]
– Dedicaste personalmente Enjoy the Silence al laboratorio de varones... [Sobre el “laboratorio de hombres, ver
acá]
– Realmente les dejé traer todas las canciones. Pero por supuesto me
puse muy contenta cuando alguien agregó Enjoy the Silence a la lista, es una hermosa canción sobre el
peligro de las palabras. Cómo a veces pueden hacer colapsar tu mundo. Según mi
versión, el hombre en cuestión pidió esta canción porque sabía lo que yo quería
demostrar con este álbum. El poder de las palabras y cómo pueden tener un valor
diferente si las pronuncia el sexo opuesto.
[Oor – 8/09/2001]
Acudí a algunos amigos varones y traté de averiguar qué canciones
cambiaron sus vidas. A menudo me sentí fascinada por la brutalidad –por ejemplo
en Enjoy the Silence de Depeche Mode
–pero a veces también por la profundidad de la compasión, la belleza.
[Visions – septiembre de 2001]
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